Nutrición y vegetarianismo desde una perspectiva bíblica: añoranza del paraíso

Nutrición y vegetarianismo desde una perspectiva bíblica: añoranza del paraíso
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¿Anhelando el paraíso? ¿Quién no?
Pero, ¿qué es el paraíso? ¿Cacaña, séptimo cielo, vírgenes o nirvana? Por Kai Mester

¿Anhelando el paraíso? ¿Quién no?
Pero, ¿qué es el paraíso? ¿Cacaña, séptimo cielo, vírgenes o nirvana? ¿Y dónde está el paraíso? Las más diversas ideologías dan distintas respuestas a estas preguntas, entre ellas la afirmación: No existe el paraíso.

Pero está ahí, el anhelo del paraíso, de la libertad de las lágrimas, la muerte, el sufrimiento, los gritos y el dolor, el anhelo de un jardín lleno de animales mansos y frutos jugosos, con arroyos que lo atraviesan. Este paraíso se describe en Génesis, la primera parte de la Torá y comienzo de la Biblia.

"¡Hombre, eso es el paraíso!", decimos cuando vemos la naturaleza intacta, el resplandor del color, la rica vegetación, cuando escuchamos las voces de la naturaleza, percibimos impresiones que hacen bien a nuestros ojos y oídos. »¡Celestial!«, exclamamos cuando podemos sentir el agua fresca en nuestra piel en un clima cálido y oler los aromas de la primavera. En particular, todo lo que es bueno para nuestro paladar lo encontramos paradisíaco y celestial.

semillas y frutas

La dieta del paraíso se describe en Génesis de la siguiente manera:

»Y dijo Dios: He aquí, os he dado toda planta que da semilla sobre la faz de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla, para vuestro alimento.« (Génesis 1:1,29, Lutero 84)

¿Cuáles de nuestros alimentos hoy pertenecen a esta categoría paradisíaca?

Cereales como trigo, maíz y mijo;
Oleaginosas como semillas de lino, sésamo y girasol;
nueces como almendras, pistachos y castañas;
fruta vegetales como pimientos, tomates y calabazas;
Legumbres como guisantes y cacahuetes;
fruta de pepita como manzanas y peras;
frutas de hueso como duraznos y cerezas;
frutos rojos como frambuesas y arándanos y frutas exoticas como plátanos, naranjas y mangos.
¡Celestial! ¡Celestial!

El paraíso perdido

¿Por qué no nos alimentamos hoy exclusivamente con esta dieta paradisíaca? ¿Cómo ha evolucionado el menú bíblico a lo largo de los milenios? La explotación y la muerte han entrado en nuestra cocina. Los animales tienen que sufrir, la sangre corre para saciar el hambre de la gente.

Toda la creación sufre y anhela la liberación, explica Pablo en su carta a los Romanos (8,19:22-XNUMX).

anhelando el paraíso

Los profetas ya predijeron el regreso de las condiciones paradisíacas:

“Israel florecerá y brotará, y llenarán de fruto el mundo entero.” (Isaías 27,6:XNUMX)

“En aquel día, dice el Señor de los ejércitos, os invitaréis unos a otros debajo de la vid y debajo de la higuera.” (Zacarías 3,10:XNUMX)

“Porque el Señor consuela a Sion; él consuela todas sus ruinas y hace que sus desiertos sean como Edén y sus estepas como el jardín del Señor. En ella se hallará gozo y alegría, acción de gracias y cánticos de alabanza.” (Isaías 51,3:XNUMX)

“No temáis, bestias del campo; porque los prados de las estepas reverdecerán, y los árboles darán su fruto, la vid y la higuera, tanto como puedan.” (Joel 2,22:XNUMX)

»Edificarán casas y habitarán en ellas, plantarán viñas y comerán su fruto.« (Isaías 65,21:XNUMX)

Ezequiel describe el paraíso así:

“Junto a este río, a ambos lados de sus orillas, habrá toda clase de árboles para comer, cuyas hojas no se marchitarán y cuyo fruto no faltará. Cada mes darán nuevos frutos; porque sus aguas brotan del santuario. Sus frutos serán para alimento y sus hojas para medicina.« (Ezequiel 47,12:XNUMX)

El apóstol Juan también ve el paraíso:

“El ángel también me mostró un arroyo que brillaba como el cristal. Era el río con el agua de la vida. Brota del trono de Dios y del Cordero y fluye a lo largo de la calle ancha que atraviesa la ciudad. El árbol de la vida crece en ambas orillas del río. Produce doce tipos de frutos y se pueden cosechar todos los meses, y sus hojas traen sanidad a las naciones.« (Apocalipsis 22,1:2-XNUMX Nueva Ginebra)

Y se cita al mismo Jesús diciendo:

“Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del paraíso de Dios.” (Apocalipsis 2,7:XNUMX)

¿Existe realmente un camino de regreso al paraíso?

Déjanos llevarte en un emocionante viaje a través de la Biblia. ¿Qué dice acerca de la nutrición, qué acerca de nuestro anhelo y qué significa eso para nuestro propio destino? Muchas ideas medievales o modernas del paraíso han disuadido a muchas personas de buscar el camino de regreso. ¿Un paraíso que no corresponde a nuestro anhelo más íntimo? ¿Un paraíso por el que al final no parece que valga la pena luchar? ¿Qué hay detrás del paraíso? Acompáñanos en el viaje...

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