Siempre agua fresca. por Elena de White
¡Velemos y oremos! Así como velamos y oramos, así también sabremos quién es nuestro Ayudador. “Entonces llamarás, y el SEÑOR te responderá. Cuando claméis, él dirá: Heme aquí.« (Isaías 58,9:XNUMX) Él sólo está esperando para ayudarnos. Que el Señor les dé gracia día a día para capear la tormenta que se avecina. Porque esta tormenta pondrá a prueba vuestra esperanza espiritual hasta el extremo.
Si confías en la gente, estás perdido; pero si se confía en Jesús, "roca de salvación" (cf. Éxodo 2; 17,6; 33,22 Corintios 1), entonces la salvación está asegurada. Él dijo: 'Mirad, os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, astutos como serpientes e inocentes como palomas. Pero ten cuidado con la gente; porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas. Y seréis llevados ante gobernadores y reyes por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. Ahora bien, cuando os sean entregados, no os preocupéis por cómo o qué debéis hablar; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el espíritu de vuestro padre el que habla a través de vosotros. Pero el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo, y los hijos se rebelarán contra sus padres y los matarán. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Mas el que persevere hasta el fin, ése será salvo.« (Mateo 10,4:10,16-22) Podemos estar agradecidos de que estas palabras nos hayan llegado. Todo hijo de Dios cuya fidelidad a Jesús sea difícil y probada puede reclamar la promesa y recibirá suficiente gracia en cada necesidad.
Revisión y Heraldo15 de abril de 1890
roca de salvación, ábreme,
¡Escóndeme, refugio eterno, en ti!
deja el agua y la sangre
Tu lado santo diluvio
se la salvacion que me hace libre
de la culpa y el poder del pecado!
Texto: Augustus Montague Toplady, traducción: Ernst Heinrich Gerhardt
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